Micro índice:
150. PALABRA DE JUSTO
El empresario justo siempre es creído por su palabra.
151. NULA CARIDAD
El empresario falso suele ser arrogante, soberbio, murmurador y, sobre todo, nunca es generoso.
152. ACTUACIÓN OPORTUNA
El empresario oportunista es un actor. El auténtico sólo puede actuar siendo él mismo.
153. BIENES ESCASOS
El empresario honesto posee un don muy escaso en su entorno y muy valorado en el mundo de los negocios.
154. HONORABLE VULNERABLE
Los empresarios egoístas etiquetan de vulnerable al empresario bueno.
155. ¿QUÉ SE DEBE?
Algunos empresarios, por no cuidar sus gastos personales, han pasado de la opulencia a la pobreza. El problema que han tenido la mayoría es que, a pesar de que se han ido empobreciendo lentamente, en ese transcurso de tiempo no han podido aceptar que habría que vivir con menos. Han cerrado los ojos y, de la noche a la mañana, se han visto sin dinero en el bolsillo. Extrañados, han buscado un culpable y llegan a la conclusión de que los culpables no son ellos, sino el mercado y sus empleados.
156. VIRUS CONTAGIOSO
Los falsos empresarios saben aprovechar muy bien las debilidades de la gente: el exceso de ambición, la vanidad, el afán de poder… Lo malo es que también se aprovechan de la honradez y de la ingenuidad de las buenas personas. Con su actuación colaboran, a la vez, con la corrupción y el recelo generalizado.
157. SOPA DE ALETA DE TIBURÓN
«Lo positivo» de los tiburones es que conoces a uno y conoces al resto. El tiburón es un bribón sutil en forma de ejecutivo con un aspecto de armonía y de juventud. Sólo busca saciar su apetito y cuando se ha apoderado de una Empresa y su placer queda mortecino, busca de inmediato otra pieza que sacie su nuevo apetito. Con el fin de lograr atraer a sus filas a los directivos y empleados, con delicada ternura y las conveniencias necesarias, los engaña para que aborrezcan al empresario al que han sido fieles. Sabe que la gente siempre está predispuesta a creer todo lo que perjudica al prójimo y que la naturaleza del hombre los obligará a una segunda elección; ahí estará él, en primera fila, empujándoles a admitirlo y dando a entender que sus conclusiones son sólidas y convincentes. Es horrible el daño que una persona puede hacer cuando comienza a hablar mal de otra. Por muy despreciable que sea el que habla con maldad, siempre habrá alguien que creerá en sus palabras y parte de su maledicencia persistirá. Es un escualo charlatán, sin conciencia, que adopta la apariencia de persona cortés y humana con el fin de conseguir sus objetivos empresariales. No hay otro como él, es resbaladizo y sabe encontrar la ocasión y , si no la hay, falsifica ocasiones. Tiene dentro de sí todos los requisitos para eliminar provechosamente los impedimentos y crear falsas esperanzas en los empleados de las Empresas en crisis.