Micro índice:
86. PLACERES ENCOLERIZADOS
El éxito ha llevado a muchos empresarios a adquirir un carácter fuerte y orgulloso. En este tipo de carácter, de la irritación consigo mismo al enfurecimiento con los demás, no hay más que un paso. Entonces, los arrebatos de cólera son para ellos un verdadero placer.
87. SU MEJOR ENEMIGO
En el mundo de los negocios, estar triste es mostrarse inferior, ya que si se está triste quiere decir que algo falla, que algo no ha salido bien. Entonces, toda la poderosa imaginación que otras veces le ha servido al empresario para pintar un futuro de éxitos, es ahora su implacable enemigo.
88. FRANQUEAR EN DESTINO
El destino del empresario es conquistar.
89. LA PENA DEL PLACER
El primer negocio que monta el joven empresario siempre suele ser más honesto, llamémosle más puro. También más lento en su marcha, ya que es más delicado con los pasos que da y se enfrenta con timidez a un mundo desconocido. Por otra parte, su mente y su corazón se detienen, por decirlo así, a gozar de la delicia que experimenta cada pequeño objetivo logrado. Esto es tan nuevo en el corazón del joven empresario que el influjo muchas veces le hace olvidar cualquier otro placer. Con el tiempo, cuando llega a ser un empresario experimentado, muestra menos ansias de gozar, porque ya pocos negocios le intimidan o le detienen. Si de aquellos goces del principio queda alguno, pronto los destruye porque piensa que sólo sirven para ridiculizarle y, dada su posición, no le están permitidos. Digamos que se encuentra a gusto en su sistema y en su manera de obrar de hombre hecho a los trotes, por lo que ya no goza apenas con los objetivos logrados.
Oculta las acciones que no quieras que te cuestionen.
90. NO HAY ERRORES PEQUEÑOS
Los empresarios poderosos suelen sentirse molestos cuando les defraudan en cosas pequeñas. Piensan que lo sencillo suele ser lo que, con mayor facilidad, se pasa por alto y que la suma de estos pequeños problemas no resueltos son los grandes errores de una Empresa.
91. IMPRUDENCIA TEMERARIA
El empresario debe desconfiar de las ideas festivas o bizarras que le seducen con demasiada facilidad. En la carrera empresarial, el ingenio no basta y una sola imprudencia puede originar un mal irreparable.
92. EL PODER DE LA MANADA
El empresario con fama y poder es atendido con ansia por un gran número de obsequiadores que reconocen su valía y admiran sus habilidades. Cada triunfo suyo es también un triunfo de su equipo directivo. Inevitablemente, la fama y el poder someten al empresario y a su equipo a la censura pública. La competencia siempre espera que, con los éxitos, nazca alguna rivalidad interna y se pone en línea disputándose el honor de ser la manzana de la discordia. Sin embargo, estas voces —verdaderas o falsas— no suelen producir en el empresario poderoso y su equipo el efecto que la competencia espera. Al contrario, el grupo sabe que está perdido si se separa en los momentos críticos y suele apostar por resistir a la tempestad y por permanecer unido a su jefe como una piña. El empresario, por su parte, conoce que las costumbres de la sociedad son un tanto laxas y el público acaba cansándose de todo y, llevado por su inconstancia natural, se suele ocupar rápidamente de otras cosas. Con el paso del tiempo y la incongruencia ordinaria, suele cambiar las críticas por elogios.
Aléjate para ver de cerca.