Micro índice:
123. ÉXITOS AGRIDULCES
A lo largo de la carrera empresarial, el empresario puede llegar a aceptar todo tipo de corrupciones para llegar a la cima. Con el paso del tiempo y la riqueza, que lo disculpa todo, de malvado se convierte en santo. Con buenos abogados, tal vez la ley le perdone y no le obligue a arrastrar su merecida cadena de presidiario pero arrastrará, indefinidamente, la pesada cadena invisible de la deshonra. Aunque obtenga la benevolencia de la sociedad por sus logros y se crea curado y tranquilo, vivirá el resto de sus días temblando por todo lo que pueda modificar su situación de ladrón coronado, sacándole de la oscuridad de su virtud a la luz del escándalo público. El éxito, que el honrado empresario vive con placer, él lo vive con angustia.
124. POR MÉRITOS PROPIOS
El empresario que ha llegado a la cima, siendo honrado, nunca dejará de ser alabado.
125. EL ESPEJO INTERIOR
El empresario tiene que mirarse en el espejo a menudo y reflexionar sobre sí mismo sin acritud. Recordar siempre que lo más importante no es ganar dinero, ya que esto es fácil una vez que el negocio comienza a rodar, sino no fallar en el día a día. Cada vez que se mire, tiene que pensar si durante los últimos días ha fallado o no.
Los errores pequeños suelen acarrear grandes fallos en cadena.
126. REMATAR LA FAENA
En los remates es donde se conoce, realmente, a un empresario.
127. DECIDIDA COINCIDENCIA
La decisión que toma un emigrante cuando sale de su país es la misma que la de un empresario cuando monta su primer negocio. Ambos han decidido intentar no ser pobres el resto de su vida.
128. PRÓJIMO O PRÓXIMO
Entre dos empresarios honrados, la amistad crece con el trato y el éxito de uno supone el gozo y la admiración del otro. Entre dos empresarios corruptos, la prosperidad de uno es el tormento del otro. Ante el éxito, los honrados se miran con estimación e intentan aprender el uno del otro cultivando más su amistad, mientras que los corruptos se miran con envidia y para ellos la riqueza del otro es la semilla del recelo. Hay que tener en cuenta que el corrupto no tiene gustos puros e inocentes. Se ha forjado un talento siniestramente dirigido al delito, por lo que el gozo del éxito ajeno, que tanto eleva al empresario honrado, jamás puede el corrupto conocerlo siquiera.
129. IRONÍA POSITIVA
El empresario debe tener una actitud de cierta ironía ante el mundo. Contemplar lo que le rodea sin cegarse; interpretar la realidad cotidiana de una forma reveladora pero sin novelerías; adquirir un toque costumbrista leve y eficaz, fruto de una observación directa y una actitud reflexiva y descriptiva. De esta forma, alcanzará una dimensión más dinámica cuando afronte las acciones en sus negocios, en el contacto con las personas, incluso en el momento de contar anécdotas y chistes. Sin embargo, su ironía estará en opinar con equilibrio y buen humor, sobre la complejidad de los problemas que vive.