Los diez mandamientos contra el estrés
51. «UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA»
Al empresario no le queda más remedio que ser tan afable como severo.
La educación es una cláusula no negociable.
52. EL PRECIO DEL PROGRESO
El empresario debe ser audaz y con visión de futuro. Sólo a este precio se obtiene el progreso.
53. LOS DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA EL ESTRÉS
En los períodos de estrés y abundancia de problemas, el empresario debería aplicar lo siguiente:
- Admitir que el estrés le inunda y que, probablemente, esté más allá de sus posibilidades, por lo que debe intentar relajarse.
- Beber sólo un café al día y por la mañana. El resto descafeinados.
- Dar tregua al alcohol durante este período.
- Comenzar una dieta suave. Por ejemplo, comer pasta sin queso rallado y dulces sólo una vez a la semana y en pequeñas dosis.
- Si está fuera de la oficina, procurar llevar el teléfono móvil apagado y dedicar ese tiempo a descansar la mente. La mayoría de las llamadas siempre pueden esperar, al menos una hora.
- Caminar con cualquier motivo pero nunca correr. Tomar el ascensor para subir pero siempre bajar andando las escaleras. En el despacho, hablar por el teléfono inalámbrico mientras pasea.
- Intentar leer un chiste y reírse antes de comenzar el día. Si tiene un buen amigo que aguanta su guasonería, de vez en cuando llamarle y compartir el chiste con él. Si no consigue compartirlo, reírse él solo a carcajadas.
- Escuchar su música preferida como preámbulo para solucionar cualquier problema. Hay que tener en cuenta que una de las causas del origen de la música fue para reposar el ánimo después de la fatiga.
- Susurrar cuando desee gritar y sólo agitarse en soledad.
- Cuando ya no pueda más, soplar hacia dentro en vez de resoplar hacia afuera.
54. BUENOS CONSEJOS
Los empresarios deben buscar consejo de otros empresarios con éxito que les sirvan de provecho para dirigir su Compañía con prudencia.
Cuando dudes de algo o alguien, primero "pregúntate a ti".
55. CUANDO LAS DEUDAS DELATAN
Al empresario, a quien agobian sus deudas, suele ser un hombre honesto.
56. CON EL MOTOR SIEMPRE EN MARCHA
El empresario que deja de aprender deja de ser bueno en su profesión.