Micro índice:
4. CUESTIÓN DE DESTREZA
En el mundo de los negocios preguntar con destreza puede llevarnos muy lejos, por lo que no se debe perder una sola oportunidad de preguntar. El empresario está obligado a hacerlo con cierta habilidad, a utilizar el tono adecuado en el momento preciso para averiguar lo que se propone, con el menor número de preguntas posibles.
5. LOS «OTROS SENTIDOS»
Para desarrollar un negocio se da por hecho que el hombre de empresa, salvando las discapacidades, posee los cinco sentidos: vista, olfato… Pero para llegar a la cima del éxito debe, además, poseer cinco facultades: imaginación, juicio, sentido común, memoria y fantasía.
6. NEUROTRANSMISORES
El camino más corto para el jefe es transmitir a su entorno, desde el primer momento, un aire franco y fácil; cierta alegría infantil que cause placer al estar a su lado y que hace decir: «es un hombre bueno». Pasadas unas horas con él, el hombre bueno se transfigura en imponente, sin dejar de irradiar bondad.
Con buen humor se trabaja más en serio.
7. MOSTRADOR ABIERTO
El empresario debe mostrarse prudente ante sus empleados; prevenir las astucias de la competencia y ser un elocuente orador para persuadir o disuadir.
8. EDUCACIÓN EN ACCIÓN
El mundo empresarial es agresivo. No hay treguas y los pactos se hacen para ganar. Al perdedor se le ignora. Vales lo que vale tu finca. Por ello, en este mundo desleal y sin contemplaciones, ser exquisito con la educación es mejor que ser simplemente educado.
La mejor cosecha es comparar ideas jóvenes con costumbres hechas.
9. VIRTUDES DE SERIE
El hombre de empresa debe ser liberal, generoso, cortés, atrevido, paciente y sufridor.
10. ALABADO SEAS
El empresario no debe sentir que ha alcanzado el éxito hasta que le alaben por sus hechos y no por sus palabras.
11. TARJETA DE VISITA
La buena reputación de un empresario conlleva buenos negocios con empresarios honrados.
12. DE JOVEN A EMPRESARIO
El joven empresario debe hacerse, cada día, menos simple y más discreto.
13. DIETA DE HUMILDAD
El empresario suele poseer la rara habilidad y el sutil ingenio de hacer dinero. Aun así debe ser humilde y no arrogante aunque piense que es el mayor empresario del mundo. El arte máximo para un empresario, ante un éxito demasiado grande, debe ser disminuir el entusiasmo y hacer dieta a causa de este exceso de salud.