Micro índice:
960. CONOCIMIENTO RECÍPROCO
Cuando dos personas van a asociarse para montar un negocio, cada uno de ellos debe estudiar al otro; observar su carácter, buscar y conocer lo antes posible lo que conviene ceder para tranquilidad de ambos y hacerlo sin disgusto porque es recíproco y se ha previsto. A partir de aquí, probablemente nazca entre ellos una común benevolencia y el hábito que fortifica y favorece poco a poco una amistad y una confianza que, unidas a la estimación, formarán una sólida sociedad en beneficio de todos. De esta forma, si por divergencias se separan en el futuro, los defectos de uno y otro no les parecerán chocantes e insoportables repentinamente, porque no se habrá formado alguna idea de perfección entre ellos y nadie se sentirá humillado ni herido en su vanidad. Hay que tener en cuenta que en estos momentos de graves problemas se agrian los espíritus, aparece el mal humor del que nace el odio, moneda con la que se paga de refilón a los empleados.
Una sonrisa forzada es una emboscada anunciada.
961. CAUTOS AL PRINCIPIO
Cuando las Empresas ofrezcan a sus accionistas buenos resultados mensuales, estos deben meditar que no significan una consolidación anual.
962. LO SUCIO DEL SOCIO
Para un empresario no hay nada más inesperado, más sorprendente y más desagradable que descubrir que un socio le está robando. A partir de ahí, la simpatía obligada se convierte en antipatía y el disgusto en el fatigoso trabajo de separarse del socio.
963. REVELAR POSTURAS
Antes de formar sociedad con otros empresarios ten presente que el bien y el mal se oponen como el blanco y el negro. Pregúntate de qué lado estás y de cuál están ellos.